CUENTO
AL REVES
LAS
TRES CERDITAS
Erase
una vez tres cerditas, la mas grande y la mediana no le tenían miedo
al la loba y construyeron una casa de paja y una casa de madera para
terminar rápido y poder jugar.
La
cerdita más pequeña construyó una casa de ladrillo por que ella
sabía que la loba era peligrosa; la grande y la mediana le decían
que no era peligrosa la loba y que no tenían tiempo de jugar ni de
bailar que solo sabía trabajar y trabajar.
La
cerdita chica les advirtió muchas veces a las cerditas mediana y
grande de que la loba no era tan tonta como imaginaba.
La
grande y la mediana se reían y cantaban “Quien temía al la loba”
La
loba les escucho y les empezó a perseguir; ellas se escondieron en
sus casas, la loba derribó la casa de paja y la casa de madera.
Entonces
la cerdita mediana y la grande se escondieron en casa de la pequeña
y la pequeña les dijo: “ ya os advertí de que la loba no era tan
tonta. La loba entro por el conducto de ventilación porque si
entraba por la chimenea le volvería a pasar lo de la última vez,
entonces se metió al medio camino se rompió, se quedó con el culo
afuera. La cerdita pequeña la vio y un escopetazo en el culo le dio,
no volvió más y las tres cerditas vivieron felices y comieron
perdices.
SERGIO
MUÑIZ MORENO
CUENTO AL
REVÉS
Hola soy Celia y os voy a contar mi
cuento:
Había una vez un bosque donde
pasaban cosas muy raras: Los pájaros maullaban, los lobos cantaban, las vacas,
gruñían y los toros hacían un sonido muy raro que se parecía a este: ¡fre!
¡fre!. Un búho se mudo a ese mismo bosque y se impresionó de lo desordenado que
estaba aquel lugar, y empezó a investigar lo que estaba pasando. Le preguntó al
pájaro: ¿Tú sabes lo que esta pasando aquí? Esto no es normal. ¡¡¡MIAOU¡¡¡
Después, le pregunto al lobo :- ¿ Sabes que pasa aquí? ¡¡¡PÍO¡¡¡ Luego le
preguntó a la vaca: - Y tú ¿sabes que pasa aquí? - Grrrrrrr, Grrrrrr. Para acabar
le preguntó al toro: -¿ Por lo menos tú sabrás que pasa aquí ? - ¡¡¡Fre,
Fre !!! - ¡ Ya estoy harto de esto voy a
enseñar a hablar a los animales de este bosque: Primero enseño a hablar a los
pájaro, después a los lobos, a continuación les enseñó a hablar a las vacas y
por último les enseño a hablar a los toros. Esto sí, esto es otro cosa. Cuando
paso unos años se mudo al bosque un ciervo con cuernos de madera, la piel era
demasiado oscura, encima era amable con los demás. Un día un conejo le dijo al
ciervo que si conocía al búho, el ciervo dejo que sí, porque aquel búho era el
profesor de aprendizaje de los animales que respetan a los demás. Un saludo Celia Rodríguez.
EL BELLO OBEDIENTE Y LA CHICA VALIENTE
Érase una vez en
un reino, los reyes de este modesto poblado, estaban en paz con todo el mundo,
excepto con una persona, una bruja que vivía a las afueras del castillo.
Siempre estaban
retándose, debido a que la bruja quería quedarse con el imperio, pero, estos
reyes se resistían.
Pasaron varios
años y, seguían con la misma historia, la bruja quería destronar a los reyes.
El Rey cansado, cuando era ya un poco viejo, le pidió a su mujer que le concediese
un hijo para que, cuando este fuera rey, luchase contra la bruja.
Cuando la Reina
consiguió quedarse embarazada, la bruja entró en el castillo para echarle un
hechizo y así el bebé dentro de la Reina moriría y no podría volver a quedarse
embarazada (así sería más fácil conseguir en el trono) .
El Rey para
evitarlo, puso a sus mejores guardias en cada una de las esquinas y entre todos
consiguieron evitar que llegase hasta la Reina.
Pasaron los
nueve meses de embarazo y la Reina se puso de parto, las doncellas colaboraron
y ayudaron a que saliese bien. Ese día, los guardias estaban en las almenas,
dejando sin vigilar las otras partes del castillo, así que, la bruja entró sin
ninguna dificultad y se dirigió a la habitación
de los reyes con su bastón mágico. El rey la vio y fue a echarle, le gritó:
-¡Nadie puede
hacer daño a mi familia ni a este reino! ¿Me oyes? ¡NADIEEEE! – gritó el Rey
imponiéndose.
A lo que la
bruja contestó:
-¡Te acordarás
de mí, ya encontraré la forma de hacerme con el reino.- contestó la bruja
notablemente cabreada.
El niño nació
sano y sus padres contentos, organizaron un banquete para celebrarlo invitando
a toda la gente del reino; campesinos, brujas buenas (si sí, también las hay
buenas)…Como es de esperar, no iban a iban a invitar a la bruja que les hace la
vida imposible.
Bueno, llegó el
día del banquete y cuando estaban en el convite tan tranquilos todos, el niño
empezó a llorar aterrado porque en la sala había entrado una persona extraña y
que aparentemente parecía una maligna persona llena de odio que no venía en son
de paz, el Rey se percató de su presencia y fue a echarla:
-Bueno, bueno,
bueno, veo que no me han invitado a este {{evento tan especial}} –dijo la bruja
en tono sarcástico.
-¿Qué haces
aquí? Tu no pintas nada en este.- dijo el Rey queriendo zanjar en el asunto.
-Bueno ehhh, tan
poco nos pongamos tan bruscos. ¿Cómo se llama este niño?- preguntó la bruja…
por decir algo.
-Se llama Óscar
y, acuérdate bien de este nombre porque va a ser el que por fin te eche de
estas tierras.- zanjó el Rey.
-Esta vez son
mucho más efectivos todos mis hechizos y con ellos vengo a vengarme.- soltó la
bruja de sopetón.
-¡No le harás
daño a mi hijo!- gritó el Rey un poco exaltado.
En esos momentos
la bruja ya estaba recitando unas palabras que formaban parte de un hechizo:
-Si conmigo
quiero que vengas te haré un hechizo para que me obedezcas de la cabeza a las
chanclas.- pronunció la bruja señalando al niño.
En ese momento
el príncipe se levantó de la cuna y se dirigió a la bruja, a lo qué el Rey
gritó:
-¿Pero que le
has hecho a mi hijo desgraciada?- gritó el Rey perdiendo los nervios.
La bruja no
contestó y seguía con el hechizo:
-Niño, ahora tú
me vas a hacer caso en todo lo que te mande. Ahora vas a venir conmigo.- dijo
la bruja.
-¡No va a
ninguna parte!- dijo el Rey.
El niño se
levantó y se colocó junto a la bruja. Acto seguido salieron de la sala como si
nada.
-¡Espera hijo!-
dijo el Rey entre llantos.
La bruja se fue
con el príncipe, el Rey y la Reina se quedaron inmovilizados mientras lloraban.
Pasó un mes y el
príncipe seguía sin aparecer.
Los Reyes
pusieron carteles por todo el país para que alguien con valentía fuese a
rescatarlo.
Una campesina,
que vivía un poco lejos del reino tenía una preciosa hija que nació en el mismo
mes que el príncipe. La campesina rezó por el príncipe para que volviese cuanto
antes.
Pasaron los años
y el príncipe seguía con la bruja obedeciéndole en todo lo que le ordenaba, él
ya tenía 17 años pero el hechizo seguía ahí…
Por otro lado,
la campesina y su hija vivían lejos del reino trabajando en los campos del
arado cuando volvieron a leer otro cartel que puso el Rey en el que
decía:{{Ruego por favor que alguna persona que sea valiente vaya a rescatar a
mi hijo, quien lo traiga de vuelta tendrá una buena recompensa}}.
-Pobre príncipe,
si pudiera iría a salvarlo.- dijo la chica.
-Creo que no
conozco persona más valiente que tú pero, me da miedo perderte.- dijo la
campesina.
-¿Sabe qué,
madre? Voy a ir a ayudar al príncipe, lleva tiempo alejado de su familia y me
da pena.- dijo la chica un poco conmocionada.
-Te apoyaré en
la decisión pero ten mucho cuidado.- dijo la campesina.
Ellas vivían en
una granja que tenía que tenía mucha producción, tenían muchas tierras y
también tenían animales, entre ellos, tenían caballos. Así que, la chica cogió
uno de los caballos y salió de la granja. Fuera, su madre le dijo:
-Ten mucho
cuidado hija, esa bruja es peligrosa.- dijo la campesina, con un poco de pena.
-Tranquila
madre, las mujeres también podemos hacer cosas.- dijo la chica alegre.
-¿Hacia dónde te
diriges ahora?- preguntó la campesina.
-He de ir al
castillo y anunciar al Rey que voy a ser yo quien vaya a rescatar al príncipe.-
dijo ella.
Acto seguido, la
campesina vio la silueta de su hija alejándose montada en caballo. Pasó un día
y la chica llegó al castillo de los reyes.
Antes de entrar
en el castillo, la chica se anunció a los guardias:
-Vengo a hablar
con el Rey.- dijo ella-
-El Rey está en
la sala Real.- dijeron los dos guardias.
-Tengo que
hablar con él, es urgente.- dijo ella dejándose notar.
-Anda, su be a
la sala y pregunta por él.- dijo uno de ellos.
-Gracias.- dijo
ella.
Entonces la
chica llegó hasta la sala Real y allí estaba el Rey:
-He de hablar
con usted.- dijo la chica.
-¿Por qué
motivo?- dijo el Rey atentamente.
-Vengo a decirle
que voy a ir a salvar al príncipe.-dijo ella en tono decidido.
-¿Tú? No me
hagas reír anda.- dijo el Rey en tono de burla.
-Señor, lo digo
enserio, estoy decidida.- dijo ella.
-Bueno… por lo
menos alguien lo intenta, ¿cómo te llamas?
-Alicia señor, y
vengo a salvar a su hijo.- dijo ella, no habiendo dicho antes su nombre.
-Vale, bueno.
Ven para acá, acabamos de recibir una carta de uno de mis aliados que sabe
dónde se encuentra el escondite de la bruja.- dijo el Rey invitándola para que
fuese a la sala.
Alicia entró en
aquella sala y momento después, el Rey comenzó a leer la carta donde ponía:
{{Amigo, hace
años que perdiste a tu hijo por culpa de aquella bruja. Puede que tu hijo
vuelva contigo si envías a alguien que vaya a salvarlo al Valle de las Tierras
Apagadas que es dónde se encuentra}}.
-Y una vez allí,
¿qué hago pues?- preguntó la chica.
-Como ya sabes,
mi hijo está bajo los efectos de un hechizo y tiene que obedecerle sin poder
evitarlo así que, debe haber una poción o algo que anule el hechizo. Conozco un
hechicero que nos podría ayudar a elaborar la pócima.- dijo el Rey.- tendrás
que hablar con él.
-Entendido-
obedeció la chica.
A continuación,
el Rey le dio a Alicia un mapa donde señaló donde se encontraba la casa de aquel
hechicero.
Alicia salió del
castillo en su caballo en dirección a aquel misterioso hechicero. Pasó un día y
Alicia se paró en frente a una vieja casa dónde ponía {{Hechicero Mleod}}. Se
bajó del caballo y llamó a la puerta:
-Oiga, ¿hay
alguien?- preguntó ella.
-¡Ya va!-
contestó una voz que parecía enfadada.
Se abrió la
puerta y apareció un hombre muy enano:
-¿Es usted el
hechicero Mleod?- preguntó ella.
-Sí, ¿qué desea
esta niña tan guapa?- dijo el en tono burlón.
Vengo en nombre
del Rey, para salvar a su hijo del
hechizo en el que obligatoriamente tiene que obedecer a la bruja.- dijo ella.
-¿Hechizo de
obediencia dices? Mmmmm… entra.- dijo él, pensativo.
La casa estaba
muy desordenada, llena de libros y pociones.
Él, se puso a
buscar en una de las estanterías con libros y sacó uno en el que ponía
{{PÓCIMAS PARA DESHACER HECHIZOS}}. Buscó la página dónde se encontraba el de
la obediencia y cogió una olla donde echó varios líquidos y empezó a
removerlos, rato después, le dijo a la chica:
-Toma, esto se lo
tiene que beber el príncipe y dejará de estar bajo los efectos del hechizo.
-Vale pero,
¿cómo venzo a la bruja?- preguntó ella.
-Te voy a dar
este escudo para que cuando te intente lanzar un hechizo le rebote a ella.-
dijo él, cogiendo algo.
-Vale, gracias,
ahora he de ir a su escondite.- dijo ella.
-Se encuentra en
el Valle de las Tierras Apagadas, desde aquí, dolo tienes que ir recto y
llegarás.- dijo él.
La chica, se
montó en el caballo y siguió en dirección recta, por dónde le había dicho el
hechicero.
Pasaron 2 días y
la chica llegó hasta una cueva, entró y… vio a la bruja y al príncipe:
-¿Quién eres
tú?- preguntó la bruja sobresaltada.
-Vengo para
salvar al príncipe.- dijo ella.
-Eso ni lo
sueñes, yo te digo que caigas en un sueño profundo.- dijo la bruja.
Alicia cogió el
escudo y el hechizo rebotó y… ¡la bruja cayó al suelo dormida!
A continuación,
la chica le dijo al príncipe que se bebiese la poción y el príncipe obedeció.
Después, Alicia y el príncipe salieron de aquella cueva sin que el príncipe
tuviera el hechizo en el cuerpo. Al salir, su caballo que estaba fuera se
asustó y relinchó pegándole una patada brutalmente al príncipe; acto seguido
murió. Alicia, llorando intentó reanimarlo pero no pudo, ya estaba muerto. Ella
avergonzada escondió su cuerpo bajo tierra y nunca más volvió al castillo.
Cuenta la leyenda que unos campesinos vieron a la chica vagar por los campos
sin rumbo y con la cabeza ida…
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No os esperabais
este final ehhhhhh. Espero que os haya gustado.
Natalia González
Navarro
LAS TRES CERDITAS Y LA
LOBA
En
una mañana oscura y lluviosa de invierno, la loba Federica bajó a
la ciudad (Cerditalandia); una ciudad donde sólo vivían cerditas.
En una casa de esta ciudad, situada al norte, vivían 3 cerditas
amigas que estaban estudiando en la universidad.
La
cerdita Pig, que estudiaba bellas artes, estaba en el jardín
pintando un cuadro cuando apareció la loba Federica, la cerdita Pig
asustada se metió en su casa. Sus 2 amigas le preguntaron:
- ¿Qué te pasa?, ¿por qué estás tan asustada?
- Hay una loba en el jardín y me quería comer.
- ¡Corred!, cerrad todas las ventanas y puertas.
En
ese momento golpearon la puerta, pero no era la loba, eran las Súper
Cerditas y les entregaron sus anillos mágicos. Con los anillos
colocados las 3 cerditas se sentían seguras y salieron en busca de
la loba.
Después
de varias horas andando la encontraron sentada en un banco de la
plaza. Juntaron sus tres anillos para convertir a la loba en piedra.
La loba grito:
-No,
por favor, yo no os quería comer, solo quería tener amigas para no
estar sola.
Las
cerditas decidieron no convertirla en piedra y tras dialogar u rato
con ellas, comprendieron que la loba era buena.
Corolario:
NO HAY QUE JUZGAR A LAS PERSONAS POR LAS APARIENCIAS.
FIN
“
ANTONIO
Y EL GRANERO SIN USO ”
Erase
una vez un hombre llamado Antonio, el tenía un cuerpo en forma, cara
redonda, sus extremidades eran largas y su pelo era negro y rizado.
El siempre iba vestido con un mono verde, un sombrero de paja y unas
botas de agua. Su carácter era simpático y a la misma vez vez
enfadón.
Vivía
en Galaroza, en un campo que tenía un granero muy antiguo, que no
tenía uso. Este granero en otros tiempos conservaba trigo, maíz y
avena, pero llego un momento en el que la cosecha no funcionó, el
granero se quedó sin uso y el pobre Antonio se quedó pobre.
El
no tenía dinero para mantener el granero así que lo puso en venta,
ya que no tenía uso.
Fueron
varios compradores a ver el granero pero el precio no les convencía:
500 euros, y cuando se marchaban cada uno de ellos un cerdo se les
cagaba encima:
- ¡ Se nos ha cagado un cerdo encima ! Decía un comprador.
- Pues ahora os aguantáis. Decía con voz grave Antonio.
Al
final una mujer se lo compró y el se quedó sin granero.
Un
día Antonio iba caminando por la calle y se encontró a la mujer que
le compró el granero. Esta le dijo:
- ¡ No quiero el granero ! ( Dijo la mujer )
- ¡ Po, po ,po, po, porque ! ( Dijo Antonio )
- ¡ Porque escucho muchos ruidos extraños ! y me da mucho miedo. ( Dijo la mujer ).
- Bueno pues vale. ( Dijo Antonio )
Y
ahora diréis que como puede Antonio pagar y mantener el granero.
Antonio
ese mismo día compró un cupón y le toco. Con este dinero hizo un
montón de cosas :
-Lo
primerísimo que hizo fue arreglar el granero.
-Lo
segundo que hizo fue irse de viaje a Texas.
-Lo
tercero que hizo fue intentar que toda la gente fuera feliz con lo
que tenga y que haya paz.
Cuando
llegaron los hombres que iban a arreglar el granero, se dieron cuenta
de que el granero estaba en el peor estado posible, además estaba
todo lleno telarañas y polvo. Sin pensarlo ni una vez más se
pusieron manos a la obra . El grupo que estaba arreglando el granero
se llamaba la “ La patrulla Canina “ como todos ustedes sabéis
es un grupo de perros resuelve problemas.
El
granero estaba quedando de maravilla . La puerta oxidada y vieja, se
convirtió en una puerta nueva y roja. El interior con telarañas y
polvo, se convirtió en un magnifico comedor . Cuando ya acabó la
obra, Antonio decidió hacer una fiesta de inauguración para todo el
bello pueblo de Galaroza.
Hambrienta y
cansada pensó que sería el mejor lugar para reponer fuerzas.
Entró, al ver que no había nadie y allí se encontró con siete
pequeñas sillas alrededor de una mesa, siete camitas y una gran
cocina llena de frutas y verduras.
Mientras
Blancanieves decidía si dormía o comía, cuatro enanitos y tres
enanitas entraron por la puerta gritando:
– ¿Quien está
ahí?,¡manos arriba!
– No voy a hacer nada – dijo asustada Blanca nieves- sólo quería descansar un poco.
– No voy a hacer nada – dijo asustada Blanca nieves- sólo quería descansar un poco.
Blanca nieves
les contó a los enanitos y enanitas que había cabalgado toda la
noche, que vivía en un castillo y que no quería regresar hasta
lograr su misión de ser mucho más que una niña bonita. Quería ser
también fuerte y valiente y por eso necesitaba vivir aventuras.
Enanito dormilón le contó que ellos trabajan en una mina buscando
metales mágicos y esta idea a Blancanieves le pareció genial:
– Eso de ir a
una mina fría y oscura a buscar metales mágicos es de ser muy
valiente, seguro que esto vale para ser la más valiente del reino-
pensó Blancanieves para sus adentros.
Y mientras
Blancanieves fantaseaba el enanito gruñón, le hizo ver que eso de
ir a la mina y quedarse con ellos no iba a ser tan fácil:
– Si quieres
ser una de nosotros, tendrás primero que ser una más en nuestro
hogar y colaborar con nosotros en todo, ¿tú qué sabes hacer?
¿Preparar bocadillos, hacer camas, limpiar suelos, cortar leña,
coser ropas?
– Aquí todos colaboramos con todo, y tú debes ayudar también, aquí no puedes ser cómo una niña pequeña que se lo hacen todo y no sabe hacer nada.
– Aquí todos colaboramos con todo, y tú debes ayudar también, aquí no puedes ser cómo una niña pequeña que se lo hacen todo y no sabe hacer nada.
Blancanieves se
sonrojó de vergüenza y recordó entonces las peleas con Regina por
no hacer su cama, por no recoger su cuarto, por no prepararse la
merienda y por no coserse el dedo gordo del calcetín… y se dio
cuenta de que todas esas cosas no eran para fastidiarla, ¡eran para
ayudarla a ser mayor!
– Pues
queridos en anitos y enanitas, si os soy sincera, creo que antes de
aprender a estar en una mina voy a tener que acostumbrarme y aprender
a ser mayor y hacer muchas cosas por mí misma. Quiero poder estar
aquí y ser una más.
La enanita
sabia, se dio cuenta de que Blanca nieves había aprendido una gran
lección, ser mayor es saber hacer cosas por ti misma, de modo que
esa noche lo celebraron preparando un gran festín de comida, bebida
y los más ricos postres de todo el lugar. Y al día siguiente,
Blanca nieves después de hacer sus tareas iría con ellos a la mina
a buscar metales mágicos.
Mientras tanto
Regina, que lo veía todo desde el su espejo mágico, se sentía
orgullosa de Blanca nieves. Por fin, se había olvidado de si era
importante ser bella, ser valiente, o ser la mejor en nada. Ahora
quería aprender y valerse por sí misma.
– Por fin has
aprendido la lección…unos días más y estarás lista para volver
al reino y poner en práctica todo lo aprendido. Prepararé tu
regreso.
Y así fue cómo
una mañana Blanca nieves le dio un mordisco a una manzana que una
vieja anciana había llevado a la casa de los enanitos y enanitas, y
al momento se cayó al suelo dormida. Un día después, despertó en
la cama de su habitación, de su castillo de siempre y abrió los
ojos confundida sin saber qué había pasado. Pero no tuvo mucho
tiempo para pensarlo, porque Regina no paraba de gritarle que llegaba
tarde a la escuela.
Blanca nieves
con cara de aturdida comenzó por primera vez, y sin pelearse antes
con su madrastra, a hacer su cama y prepararse el bocadillo para la
escuela. Recordaba todo lo que había vivido con los enanismo como si
fuera un sueño y quizá lo había sido.
Pero entonces,
delante de sus ojos vio una manzana mordida y a Regina sonriendo a lo
lejos y comprendió que la magia de su querida madrastra tenía que
ver con todo aquello.
Con el tiempo,
Blanca nieves aprendió a hacer todas aquellas cosas que antes le
parecían tonterías y se dio cuenta de que hacer todo aquello era
valerse por sí misma. Y que ser bella o no serlo era algo que no
importaba tanto como ser una niña capaz de hacer cualquier cosa que
se propusiera.
JUAN JOSÉ
LA
LOBA Y LAS TRES CERDITAS
Érase
una vez tres cerditas que vivían en casa de su padre y como ya eran
mayores decidieron irse de casa para tener su propia casa. La mayor
quería hacer su casa de paja, la mediana quería hacer su casa de
madera y la más pequeña quería hacer su casa de ladrillos. La
mayor fue al pueblo y cogió paja para su casa y en un pis-pas su
casa estaba hecha. La mediana fue al bosque a cortar árboles para su
casa y en un pis-pas su casa estaba hecha. La pequeña fue a la
ciudad para comprar ladrillos y cemento. Pero él tardó muchísimo
más que sus dos hermanas. Un día iban a bañarse a un estanque y
los animales le advirtieron que había una loba que estaba hambrienta
pero las cerditas no le hicieron mucho caso a lo que le dijeron. Una
noche de luna llena fue la loba a decirles que mañana se las comería
a las tres y las cerditas preocupadas se reunieron para ver lo que
podían hacer. Llegó la noche y la loba fue primero a casa de la
hermana mayor, que tenía su casa de paja y entonces la loba sopló,
sopló y sopló y la casa de paja derribó. La cerdita asustada se
fue a casa de su hermana la mediana. La loba llegó a la casa de
madera y sopló, sopló y sopló y la casa de madera derribó y las
dos cerditas fueron a casa de su hermana pequeña. La loba llegó a
la casa de ladrillos y la loba sopló, sopló y sopló pero la casa
no se movía y lo intentó de nuevo pero no había manera de mover
la. La loba tuvo una idea que era meterse por la chimenea pero las
hermanas estuvieron listas y le pegaron un tiro y la asaron para
comer sela. Colorín colorado este tiroteo se ha acabado. FIN.
ÁNGEL FLORES VÁZQUEZ
Caperucito
Rojo.
Caperucito
rojo era un niño muy bueno que vivía con su padre en una casita
cerca de un bosque. Lo llamaban así porque solía llevar un caperuzo
rojo en la cabeza. Era un día de primavera y Caperucito acababa de
levantarse. Al verlo su padre le dijo: `Tienes que llevar el pastel a
casa del abuelo, que ya sabes que esta enfermo´`¡Oh! ¡Qué bien!
¡Así podre abrazarlo! ´, exclamo entusiasmado Caperucito.
Desayunó
rápidamente, se vistió y cogiendo el cesto con el pastel, emprendió
la marcha. Su padre le acompaño hasta la puerta y allí le dio las
últimas instrucciones: `No vayas a través del bosque, Caperucito,
vete por el camino que lo rodea. He oído a las cazadoras que hay una
vieja loba escondida entre la maleza´. `Descuide, papá; así lo
haré´, contestó Caperucito mientras decía adiós a su padre con
la mano.
Pero
pronto se olvidó de las recomendaciones de su padre. Empezaron a
salirse al paso las habitantes del bosque, que eran sus amig@s
y, sin darse cuenta, cantando con ell@s,
se adentró entre los árboles. `¿Dónde vas, Caperucito?´le
preguntaban. `Voy a llevar este pastel a mi abuelo que está
enfermo´, contestaba riendo.
La
vieja loba, que estaba descansando y medio dormida, de repente estiró
una oreja, no dando crédito a lo que oía. `¿Qué será lo que
produce esta algarabía? ya ni en el bosque se puede echar
tranquilamente la siesta. ¡Mmmm!. Cuando yo era joven no pasaba
esto´, murmuró enojada. Caperucito, que se sentía feliz entre sus
amiguitos, siguió cantando y saltando, ajeno al peligro que le
acechaba. Cuanto más entusiasmado estaba, unos pajaritos se
acercaron a él y les dijo: `Ten cuidado, Caperucito, la vieja loba
está escondida por aquí y podría asustarte´. `No le tengo miedo –
contestó Caperucito -. Es muy vieja y muy cobarde´.`A ti no te
asusta - terció un cabretillo que venía indicando el camino - pero
a mí sí y si viene y huyo podrías perderte´. Caperucito se quedó
pensativo y poco después, al ver a la loba escondida, se llevó un
gran susto. La loba , como era muy vieja , no podía correr mucho y
sabía que si intentaba atrapar a Caperucito este escaparía de sus
garras fácilmente, así que lo pensó bien y decidió hacerse la
buenaza y engañar a Caperucito. `Buenos días, pequeño, no tengas
miedo de mí. ¿Te has perdido? ´, preguntó la loba con una sonrisa
forzada. `Voy a casa de mi abuelo y no sé cual es el camino más
corto´, contestó el sorprendido Caperucito. `Vete por aquel cerro y
llegaras enseguida´, le dijo la malvada loba.
La
loba, que le había indicado el camino más largo, se apresuró para
llegar a casa del abuelo antes que Caperucito, ya que pensaba que al
estar enfermo era una presa fácil. Al llegar, llamo a la puerta y
cuando esta se abrió trato de atrapar al anciano. Pero el abuelo de
Caperucito, que había abierto la puerta creyendo que se trataba de
su nieto, logró encerrarse con llave en su cuarto, dejando a la loba
burlada. En su precipitada huida dejó caer su bastón y la gorra que
cubría su cabeza. La loba los cogió y preparó otro plan.
Sabiendo
que Caperucito llegaría pronto, se metió en la cama del abuelo y
tapándose la cabeza con la gorra para no ser reconocido por el
pequeño, esperó pacientemente. Poco después, entraba en el cuarto
Caperucito algo asustado al encontrar la puerta abierta. `
¡Abuelito!, ¿Por qué has dejado la puerta de la calle abierta?´
preguntaba Caperucito. `¡Oh!... te estaba esperando´, tartamudeo la
loba con la voz más grave que pudo sacar. ` Que voz más rara
tienes´ comentó extrañado Caperucito. `Esque estoy enfermo. No te
acerques´. A Caperucito le pareció todo muy raro y se quedo
observando. Pronto descubrió entre las sábanas y la gorra una oreja
y el largo hocico de la loba. Sin inmutarse, cogió la cesta en la
que estaba el pastel y exclamó: `Te dejaré el pastel en la cocina y
me iré´. Al llegar a la cocina, vio a un cazador que pasaba por
allí. ` ¡Oiga, señora venga por favor!´, dijo asomándose a la
ventana el cazador acudió rápidamente y Caperucito le contó lo que
pasaba `Tranquilo, dile que salga´, le dijo el cazador. Caperucito
volvió al cuarto y dijo sonriendo: ` Vamos orejota, levántate para
comer el pastel´ ` ¡He! ¿El pastel? ¡A ti te comeré ¡´ dijo la
loba levantándose de un salto. Pero en cuanto salió del cuarto en
persecución de Caperucito un saco y unas poderosas manos le dejaron
sin poder moverse. Entoncés el abuelo le dijo a Caperucito: `está
vez todo ha salido bien, pero no vuelvas a desobedecer a tu padre´.
`Perdón abuelo, desde ahora prometo ser más obediente´, Contesto
Caperucito.
FIN
DANIEL PEÑA LOBO.
NEGRO
NIEVES Y LAS 7 ENANITAS:
Negro
Nieves era un limpiador, que vivía en un bosque. Era un lugar
tranquilo; donde también había animales salvajes. Él vivía con
sus hermanas que eran muy malas y que le hacían limpiar su casa. Un
día llegaron las siete enanitas a su casa y echaron a sus hermanas
de la casa, también vinieron animales como: Ciervos, lobas ,
monos... Con los ciervos venía Bamba una pequeña cierva muy
aventurera que siempre defendía a su novio. Las siete enanitas eran:
Tranquila, Enfadona, Gruñona... Y la que más hablaba, Mudita. Todos
los animales llamaron a más animales y vino Ría, Piolina... También
vino Pitera Panadera que estaba dando una vuelta con su amiga La
Capitana Garfia y sus guardaespaldas la caimanas.
Como
todas no cabían en la casa, Negro Nieves ideó un plan para atacar a
Españo que era la capital de La Munda. Como todas eran muy
valientes, casi no le hizo falta usar armas porque simplemente la
gente huía de los gritos que pegaba Mudita, la teniente en
operaciones de voz. De la fuerza que tenían ellas no podían morirse
de vejez, así que Bamba ideó un plan para hacerse con Españo poco
a poco. El cual era: “Ir atacando a Españo poco a poco, empezando
por el sur, por Galarozo”. Esa batalla duró 7 días porque era no
eran capaces de destrozar La Parroquia, donde todo el pueblo se
atrincheró porque Mudita no podía gritar en lugares cerrados.
Cuando se apropiaron de Españo dividieron el terreno: Bamba y todos
sus amigos, hijos, sus padres y su hermano, se quedaron con
Catilla-La Mancha y Castilla y León, Negro Nieves y Pitera Panadera
con Andalucía, las siete enanitas se quedaron con todo el norte
(Bilbao, País Vasco, Santander…). El resto de animales se quedaron
con las provincias que quedaron, (Madrid, Cataluña entera…).
Negro
Nieves se casó con Pitera Panadera, tuvieron un hijo, que cuando
cumplió los 18 le regalaron la casa del bosque, donde ahora hay una
bruja, que, en realidad era una ancianita que como tenía muchas
arrugas y siempre estaba limpiando su casa pensaron que era una
bruja. La ancianita se equivocó, le quería dar a Negro Nieves una
de sus manzanas que estaban consideradas las mejores de Españo, pero
le dio el veneno para los bichos y cayó en un profundo sueño. Pero
las enanitas (después de más de veinte mil operaciones fallidas,
nueve calderos de oro, dos paredes y ochenta platos rotos)
consiguieron despertar de aquel profundo sueño a Negro Nieves.
Después de que pasara todo esto, Negro Nieves y las siete enanitas
vivieron en la casa del bosque muy felizmente. Todos colaboraban en
las tareas de casa incluso los animales. La pobre ancianita murió y
todos fueron a su entierro, Negro Nieves y los demás no podían
morir,por lo que vivieron todos en esa casa muy felizmente.
CONTINUARÁ... Carlos Calvo Lobo
Cuento
al revés
Erase
una vez un niño llamado caperucito rojo que vivía en un país
muy,muy lejano el vivía con su querido padre viudo.
Un
día el padre le mando a que fuera a cuidar a su querido y anciano
abuelo a su casa que vivía a unos kilómetros de su casa.
El
niño se paro a coger unas flores para su querido abuelo.
Cuando
llego al camino donde había dos cruces uno de camino largo y otro de
camino rojo se encontró a la loba feroz.
LOBO-
Caperucito ¿donde vas tan rápido?
CAPERUCITO-
A casa de mi abuelito a verlo .
LOBO-
Vete por este camino que es mas corto.
CAPERUCITO-
Mi padre me a dicho que es mas corto por el otro lado pero vale.
Caperucito
tiro por el camino mas largo que había y la loba por el corto que
llego antes a casa del abuelo y lo encerró en el armario se puso su
ropa y se metió en la cama.
Cuando
caperucito llegó entro y vio a la abuela allí metida le pregunto:
-Abuelo
que ojos mas grandes tienes- le dijo
contesto:
- para verte mejor
-¿y
las orejas?
-Para
oírte mejor
-¿y
la boca?
-Para
comerte mejor.
Entonces
salto de la cama y se puso a correr detrás de el suerte que pasaba
una cazadora y los escucho entonces entró y le pegó un tiro a la
loba y salio corriendo así salvando a caperucito y al abuelito.
FIN
Un
cordial saludo Antonio
LAS
TRES CERDITAS
Érase
una vez en un lugar perdido en el bosque vivían tres cerditas,
Rodolfa, Afrodita y Rogelia.
No
tenían padres, porque los habían convertido en jamones, lomos,
castañetas… No tenían casas, vivían en el bosque, en este,
habían muchos peligros, los lobos sobre todo.
Vieron
que por allí rondaban lobas malas, y decidieron hacerse casas.
Afrodita,
era la menos trabajadora y decidió hacerse una casa de paja.
Rogelia,
la que no trabajaba ni mucho ni poco, decidió hacerse una casa de
madera.
Rodolfa,
la más trabajadora, hizo una gran casa, y las grandes casas se hacen
de ladrillo.
Un
día la loba le dio por llamar a la puerta, y como los lobos tienen
mucha fuerza, la destruyó.
Y
me resultaba a mi que la loba, solo quería hacer amigas...
Afrodita
se fue corriendo de Rogelia es decir, a la casa de madera.
La
loba al día siguiente, fue a llamar a la casa de madera y aún así
de la fuerza que tenía la tiró.
Afrodita
y Rogelia se fueron a la casa de Rodolfa. Allí dijeron que ya no las
cogerían.
La
loba fue a llamar a la casa de ladrillos, está ya, no la cayó; Las
cerditas le abrieron la puerta y a partir de ahí…Ya serían amigas
para siempre.
FIN
JAVIER SOSA MARINA
María
Tristancho Domínguez
PULGARCITA
Cuentan
que una vez, una joven pareja deseaba tantísimo tener un bebé que
acudieron a ver al Mago de aquel pueblo. El Mago sin dudarlo comenzó
a buscar entre todas sus pócimas, hechizos y artilugios hasta que
encontró una semilla de cebada. Les contó que era una semilla
especial que tendrían que plantar en una maceta y regarla, hablarla
y cantarla cada día. Ellos así lo hicieron y la semilla comenzó a
crecer. Un día encontraron una gran flor roja de pétalos largos. La
pareja se acercó a oler la flor y una voz preciosa comenzó a sonar.
Justo entonces, los pétalos se abrieron y una niña de sonrisa
inmensa y pelo rojo apareció sentada en aquella flor. Eran tan
pequeña como un pulgar y por eso decidieron llamarla Pulgarcita.
Encontraron una cáscara de nuez para dormir, unos pétalos para
taparla y un botón para que pudiera comer. Pulgarcita cantaba cada
día alegrando aquella casa. Sin embargo, aunque aquella niña quería
a su papá y a su mamá y le gustaba su nuez, sus pétalos y cantar
cada día, no era feliz. Ella lo que realmente quería era conocer
más allá de aquella casa y aquellos pétalos, quería descubrir el
mundo con sus propios ojos. Pero su papá y su mamá le decían;
– Pulgarcita,
eres muy pequeña, alguien te podría pisar, te podrías perder o
algún animal te podría comer.
Pulgarcita
estaba cansada de todas aquellas cosas horribles que podían pasar y
por las que no la dejaban salir de su casa. Así que mientras miraba
por la ventana, imaginaba como sería el mundo e inventaba canciones.
Un día en medio de la noche un sapo entró por la ventana y vio a
aquella niña que había estado escuchando cantar durante tanto
tiempo y pensó:
– Es
perfecta para casarse con mi hijo y alegrar el río con sus
canciones.
Cogió
a Pulgarcita y se la llevó con él. Cuando Pulgarcita despertó y
vio donde estaba se asustó, pero apretó los dientes e intentó no
llorar mientras gritaba donde estaba y que habían hecho con su papá
y su mamá. El sapo le explicó que ahora iba a vivir en el río, iba
a casarse con su hijo Gustavo e iba a ser la princesa cantarina.
A
Pulgarcita no le sonó muy mal, pero tampoco le sonó muy bien. Ahora
que había conseguido salir de su cáscara de nuez, ¿por qué tenía
que estar atrapada otra vez en un río y casarse con alguien que no
conocía? Sin embargo, no le quedó otro remedio. Por suerte, el
príncipe Gustavo era muy simpático, y con el tiempo Pulgarcita y él
se hicieron grandes amigos. Pero aquello no era lo que Pulgarcita
quería:
– Gustavo,
yo me lo paso muy bien en el río, nunca antes había visto lo que
eran los sapos, los peces, ni tanta agua. Pero quiero conocer qué
hay más allá de todo esto.
Gustavo
comprendió a su amiga, él tampoco quería casarse todavía, así
que decidió ayudar a Pulgarcita y juntos comenzaron a pensar un
plan. El príncipe era muy conocido en aquel bosque así que con la
ayuda de las truchas y las golondrinas pusieron en marcha la huida de
Pulgarcita. Aquella mañana Pulgarcita se despidió de su amigo
Gustavo:
– Muchas
gracias por todo, Gustavo, eres un gran amigo y prometo que volveré
para vernos de nuevo.
Y
Pulgarcita montada en la trucha comenzó a bajar el río hasta que
las golondrinas la tomaron en sus alas y la llevaron por el cielo.
Pulgarcita miraba los árboles y las montañas con la boca abierta.
Nunca había imaginado que el mundo tuviera tantos colores.
Una
vez que había aprendido a volar en las alas de las golondrinas y a
dormir en los nidos, Pulgarcita conoció a los castores.
– ¿Quieres
venir con nosotros? ¡Te enseñaremos a dormir dentro de los árboles
y a correr por el bosque!
Pulgarcita
aceptó y durante un tiempo vivió con ellos. Como era tan pequeña y
aquel bosque era tan grande, tuvo que prestar mucha atención para
aprender a correr sin tropezarse, a no perderse y a no ser devorada
por otros animales. Aquello era más difícil de lo que parecía pero
Pulgarcita era lista y en poco tiempo aprendió a trepar a los
árboles, a camuflarse en las ramas y a nadar en el río montada en
grandes hojas verdes.
Pero,
aunque Pulgarcita era feliz en aquel lugar, y todos sus amigos le
habían enseñado mucho más de lo que nunca hubiera imaginado, la
niña se dio cuenta de que echaba de menos a su papá y su mamá.
– Vivir
con vosotros ha sido muy divertido, pero me gustaría volver a mi
casa, estar con mis padres y saber cómo es jugar, aprender a leer e
ir a la escuela.
Pulgarcita
tenía ganas de conocer cómo sería vivir el mundo con amigos como
ella: otros niños y niñas. Y sobre todo echaba de menos inventar
canciones y cantar.
Así
que una buena mañana, Pulgarcita decidió volver a casa. Con ayuda
de los castores abandonó el bosque. Cuando su padre y su madre la
vieron, se pusieron tan contentos que lloraron de alegría. Por fin
había vuelto la alegría a casa. Pero esta vez Pulgarcita les
explicó que aunque fuera pequeña, quería jugar con otros niños y
otras niñas, quería aprender e ir a la escuela, y cuando fuera
mayor, aunque siguiera siendo pequeña, quería seguir haciendo
canciones y cantando.
Los
padres de Pulgarcita se dieron cuenta, de que su hija era mucho más
valiente y lista de lo que imaginaban Y es que aunque Pulgarcita
fuera diminuta, tenía que poder vivir cómo las demás niñas. Ese
mismo día Pulgarcita salió al parque por primera vez. Y allí
estaban: los niños y las niñas de aquel pueblo.
FIN...
Espero
que os guste.
CUENTO
AL REVES
BLACONIEVES
Erase
una vez un príncipe llamado Blaconieves.
Siendo
un bebé, su padre murío. Su madre, la Reina, volvía a casarse con
un hombre malo. Poco después fallecía la Reina y el niño quedaba
en el poder de aquel hombre.
Pero
además, como era brujo, conocía toda las maldiciones para que el
niño fuera infeliz.
Muy
vandidoso, preguntaba a su espejo Mágico cada mañana ¿quien es el
más guapo de los hombres?
“ Siempre
tú, rey mio. Pero pasaba el tiempo, una mañana, contestó:”Desde
ahora, el más guapo es Blaconieves. “
Él
llamo a su montero, le ordenó algo que al hombre le aterró.
“Llevaras
al príncipe al bosque y lo matarás “.
Y
de pronto se rebeló, haciéndole saber al príncipe la verdad y
ocultándolo lejos de allí.
El
montero engañaría al Rey con la muerte de su hijastro.
Al
caer la noche, rendido, se durmió.
Los
seres del bosque lo miraban.
Muy
de mañana, se despertó con el piar de los pájaros.
Al
ver una casa a lo lejos se acerco a ella; como nadie abría, la
empujó.
Al
entrar vío un dormitorio con 7 camitas.
Y
como estaba cansado, en una de ellas se acostó.
Y
mientras tanto, por un sendero iban unas personitas cantarinas que
tras cumplir su trabajo en una mina de diamantes. !Que pequeñitas
eran!
Al
llegar vieron la puerta abierta de la casita, alguien lanzó el grito
de guerra.
“!Un
intruso se ha adueñado de nuestro hogar”!
“!Adelante!”
En
fila india, atacaron sigilosamente las escaleras.
Las
enanitas preguntaron:
¿Qué
es eso ?- al descubrir al el hermoso niño dormido.
Y
entonces Blanconieves despertó, asustado al ver a las 7 enanitas
alrededor de su cama.
Pero
se tranquilizó al instante porque la miraban ellas con tanto cariño,
viéndole tan guapo, que se sintió seguro.
La
mayor de las enanitas le pregunto que quien era.
El
le contó su historia .
Era
tan triste, que todas querían sonreír y en su lugar lloraban,
incluso Gruñona, que siempre estaba inconforme con todo.
Cantaban
y bailaban, pero, lejos de allí ….....
El
Rey, no estaba tranquilo y decidió consultar a su espejo, supo que
estaba vivo.
Decidió
terminar el mismo con Blaconieves.
Para
algo dominaba la brujería.
Se
disfrazo de un débil anciano y para ello enveneno una manzana para
Blanconieves:
Al
día siguiente el Rey disfrazado fue al bosque donde vivía él
príncipe, donde le ofreció una manzana mala, pero ella se negó y
tuvo que volver a su casa y Blancanieves se quedó con las enanitas.
Ana Ponce
Hola
soy Guillermo y os voy a decir un relato para el día del libro que
se celebra el 22 de Abril.
Erase
una vez cuatro zagalas llamados: Estebania , Rosa , Carla y Davinia
A
esas niñas les gustaban ir después de clase a una casa embrujada
por la bruja más perversa de todo la tierra llamada Brujaxa pero a
los niñas sí lo sabían pero a ellas le daba igual y ellas no se lo
creían . Pasaron todo un año entero y la gente del pueblo les
advertían que no fuesen a ese sitio, Cuando llegaron a la casa de
pronto se cerró y no se podía abrir, de pronto apareció Brujaxa
que asesino a tres de los zagalas o sea, solo se salvó Davinia el
más valiente de los amigos.
Pasaron
22 años desde ese momento Davinia se estuvo entrenando para vencer
a la bruja que se cargo a sus amigas. Cuando llego Davinia a esa
casa se le apareció delante de él a la bruja que lucharon 2 días
enteros hasta que al tercer día mató a la bruja y reinó la paz en
su pequeño pueblo y al mundo entero.
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