viernes, 22 de abril de 2016

CUENTO AL REVÉS




CUENTO AL REVES

LAS TRES CERDITAS

Erase una vez tres cerditas, la mas grande y la mediana no le tenían miedo al la loba y construyeron una casa de paja y una casa de madera para terminar rápido y poder jugar.
La cerdita más pequeña construyó una casa de ladrillo por que ella sabía que la loba era peligrosa; la grande y la mediana le decían que no era peligrosa la loba y que no tenían tiempo de jugar ni de bailar que solo sabía trabajar y trabajar.
La cerdita chica les advirtió muchas veces a las cerditas mediana y grande de que la loba no era tan tonta como imaginaba.
La grande y la mediana se reían y cantaban “Quien temía al la loba”
La loba les escucho y les empezó a perseguir; ellas se escondieron en sus casas, la loba derribó la casa de paja y la casa de madera.
Entonces la cerdita mediana y la grande se escondieron en casa de la pequeña y la pequeña les dijo: “ ya os advertí de que la loba no era tan tonta. La loba entro por el conducto de ventilación porque si entraba por la chimenea le volvería a pasar lo de la última vez, entonces se metió al medio camino se rompió, se quedó con el culo afuera. La cerdita pequeña la vio y un escopetazo en el culo le dio, no volvió más y las tres cerditas vivieron felices y comieron perdices.

SERGIO MUÑIZ MORENO
                                    CUENTO AL REVÉS

Hola soy Celia y os voy a contar mi cuento:  

Había una vez un bosque donde pasaban cosas muy raras: Los pájaros maullaban, los lobos cantaban, las vacas, gruñían y los toros hacían un sonido muy raro que se parecía a este: ¡fre! ¡fre!. Un búho se mudo a ese mismo bosque y se impresionó de lo desordenado que estaba aquel lugar, y empezó a investigar lo que estaba pasando. Le preguntó al pájaro: ¿Tú sabes lo que esta pasando aquí? Esto no es normal. ¡¡¡MIAOU¡¡¡ Después, le pregunto al lobo :- ¿ Sabes que pasa aquí? ¡¡¡PÍO¡¡¡ Luego le preguntó a la vaca: - Y tú ¿sabes que pasa aquí? - Grrrrrrr, Grrrrrr. Para acabar le preguntó al toro: -¿ Por lo menos tú sabrás que pasa aquí ? - ¡¡¡Fre, Fre  !!! - ¡ Ya estoy harto de esto voy a enseñar a hablar a los animales de este bosque: Primero enseño a hablar a los pájaro, después a los lobos, a continuación les enseñó a hablar a las vacas y por último les enseño a hablar a los toros. Esto sí, esto es otro cosa. Cuando paso unos años se mudo al bosque un ciervo con cuernos de madera, la piel era demasiado oscura, encima era amable con los demás. Un día un conejo le dijo al ciervo que si conocía al búho, el ciervo dejo que sí, porque aquel búho era el profesor de aprendizaje de los animales que respetan a los demás.  Un saludo Celia Rodríguez.


EL BELLO OBEDIENTE Y LA CHICA VALIENTE
Érase una vez en un reino, los reyes de este modesto poblado, estaban en paz con todo el mundo, excepto con una persona, una bruja que vivía a las afueras del castillo.                                                             
Siempre estaban retándose, debido a que la bruja quería quedarse con el imperio, pero, estos reyes se resistían.
Pasaron varios años y, seguían con la misma historia, la bruja quería destronar a los reyes. El Rey cansado, cuando era ya un poco viejo, le pidió a su mujer que le concediese un hijo para que, cuando este fuera rey, luchase contra la bruja.
Cuando la Reina consiguió quedarse embarazada, la bruja entró en el castillo para echarle un hechizo y así el bebé dentro de la Reina moriría y no podría volver a quedarse embarazada (así sería más fácil conseguir en el trono) .
El Rey para evitarlo, puso a sus mejores guardias en cada una de las esquinas y entre todos consiguieron evitar que llegase hasta la Reina.
Pasaron los nueve meses de embarazo y la Reina se puso de parto, las doncellas colaboraron y ayudaron a que saliese bien. Ese día, los guardias estaban en las almenas, dejando sin vigilar las otras partes del castillo, así que, la bruja entró sin ninguna dificultad y  se dirigió a la habitación de los reyes con su bastón mágico. El rey la vio y fue a echarle, le gritó:
-¡Nadie puede hacer daño a mi familia ni a este reino! ¿Me oyes? ¡NADIEEEE! – gritó el Rey imponiéndose.
A lo que la bruja contestó:
-¡Te acordarás de mí, ya encontraré la forma de hacerme con el reino.- contestó la bruja notablemente cabreada.
El niño nació sano y sus padres contentos, organizaron un banquete para celebrarlo invitando a toda la gente del reino; campesinos, brujas buenas (si sí, también las hay buenas)…Como es de esperar, no iban a iban a invitar a la bruja que les hace la vida imposible.
Bueno, llegó el día del banquete y cuando estaban en el convite tan tranquilos todos, el niño empezó a llorar aterrado porque en la sala había entrado una persona extraña y que aparentemente parecía una maligna persona llena de odio que no venía en son de paz, el Rey se percató de su presencia y fue a echarla:
-Bueno, bueno, bueno, veo que no me han invitado a este {{evento tan especial}} –dijo la bruja en tono sarcástico.
-¿Qué haces aquí? Tu no pintas nada en este.- dijo el Rey queriendo zanjar en el asunto.
-Bueno ehhh, tan poco nos pongamos tan bruscos. ¿Cómo se llama este niño?- preguntó la bruja… por decir algo.
-Se llama Óscar y, acuérdate bien de este nombre porque va a ser el que por fin te eche de estas tierras.- zanjó el Rey.
-Esta vez son mucho más efectivos todos mis hechizos y con ellos vengo a vengarme.- soltó la bruja de sopetón.
-¡No le harás daño a mi hijo!- gritó el Rey un poco exaltado.
En esos momentos la bruja ya estaba recitando unas palabras que formaban parte de un hechizo:
-Si conmigo quiero que vengas te haré un hechizo para que me obedezcas de la cabeza a las chanclas.- pronunció la bruja señalando al niño.
En ese momento el príncipe se levantó de la cuna y se dirigió a la bruja, a lo qué el Rey gritó:
-¿Pero que le has hecho a mi hijo desgraciada?- gritó el Rey perdiendo los nervios.
La bruja no contestó y seguía con el hechizo:
-Niño, ahora tú me vas a hacer caso en todo lo que te mande. Ahora vas a venir conmigo.- dijo la bruja.
-¡No va a ninguna parte!- dijo el Rey.
El niño se levantó y se colocó junto a la bruja. Acto seguido salieron de la sala como si nada.
-¡Espera hijo!- dijo el Rey entre llantos.
La bruja se fue con el príncipe, el Rey y la Reina se quedaron inmovilizados mientras lloraban.
Pasó un mes y el príncipe seguía sin aparecer.
Los Reyes pusieron carteles por todo el país para que alguien con valentía fuese a rescatarlo.
Una campesina, que vivía un poco lejos del reino tenía una preciosa hija que nació en el mismo mes que el príncipe. La campesina rezó por el príncipe para que volviese cuanto antes.
Pasaron los años y el príncipe seguía con la bruja obedeciéndole en todo lo que le ordenaba, él ya tenía 17 años pero el hechizo seguía ahí…
Por otro lado, la campesina y su hija vivían lejos del reino trabajando en los campos del arado cuando volvieron a leer otro cartel que puso el Rey en el que decía:{{Ruego por favor que alguna persona que sea valiente vaya a rescatar a mi hijo, quien lo traiga de vuelta tendrá una buena recompensa}}.
-Pobre príncipe, si pudiera iría a salvarlo.- dijo la chica.
-Creo que no conozco persona más valiente que tú pero, me da miedo perderte.- dijo la campesina.
-¿Sabe qué, madre? Voy a ir a ayudar al príncipe, lleva tiempo alejado de su familia y me da pena.- dijo la chica un poco conmocionada.
-Te apoyaré en la decisión pero ten mucho cuidado.- dijo la campesina.
Ellas vivían en una granja que tenía que tenía mucha producción, tenían muchas tierras y también tenían animales, entre ellos, tenían caballos. Así que, la chica cogió uno de los caballos y salió de la granja. Fuera, su madre le dijo:
-Ten mucho cuidado hija, esa bruja es peligrosa.- dijo la campesina, con un poco de pena.
-Tranquila madre, las mujeres también podemos hacer cosas.- dijo la chica alegre.
-¿Hacia dónde te diriges ahora?- preguntó la campesina.
-He de ir al castillo y anunciar al Rey que voy a ser yo quien vaya a rescatar al príncipe.- dijo ella.
Acto seguido, la campesina vio la silueta de su hija alejándose montada en caballo. Pasó un día y la chica llegó al castillo de los reyes.
Antes de entrar en el castillo, la chica se anunció a los guardias:
-Vengo a hablar con el Rey.- dijo ella-
-El Rey está en la sala Real.- dijeron los dos guardias.
-Tengo que hablar con él, es urgente.- dijo ella dejándose notar.
-Anda, su be a la sala y pregunta por él.- dijo uno de ellos.
-Gracias.- dijo ella.
Entonces la chica llegó hasta la sala Real y allí estaba el Rey:
-He de hablar con usted.- dijo la chica.
-¿Por qué motivo?- dijo el Rey atentamente.
-Vengo a decirle que voy a ir a salvar al príncipe.-dijo ella en tono decidido.
-¿Tú? No me hagas reír anda.- dijo el Rey en tono de burla.
-Señor, lo digo enserio, estoy decidida.- dijo ella.
-Bueno… por lo menos alguien lo intenta, ¿cómo te llamas?
-Alicia señor, y vengo a salvar a su hijo.- dijo ella, no habiendo dicho antes su nombre.
-Vale, bueno. Ven para acá, acabamos de recibir una carta de uno de mis aliados que sabe dónde se encuentra el escondite de la bruja.- dijo el Rey invitándola para que fuese a la sala.
Alicia entró en aquella sala y momento después, el Rey comenzó a leer la carta donde ponía:
{{Amigo, hace años que perdiste a tu hijo por culpa de aquella bruja. Puede que tu hijo vuelva contigo si envías a alguien que vaya a salvarlo al Valle de las Tierras Apagadas que es dónde se encuentra}}.
-Y una vez allí, ¿qué hago pues?- preguntó la chica.
-Como ya sabes, mi hijo está bajo los efectos de un hechizo y tiene que obedecerle sin poder evitarlo así que, debe haber una poción o algo que anule el hechizo. Conozco un hechicero que nos podría ayudar a elaborar la pócima.- dijo el Rey.- tendrás que hablar con él.
-Entendido- obedeció la chica.
A continuación, el Rey le dio a Alicia un mapa donde señaló donde se encontraba la casa de aquel hechicero.
Alicia salió del castillo en su caballo en dirección a aquel misterioso hechicero. Pasó un día y Alicia se paró en frente a una vieja casa dónde ponía {{Hechicero Mleod}}. Se bajó del caballo y llamó a la puerta:
-Oiga, ¿hay alguien?- preguntó ella.
-¡Ya va!- contestó una voz que parecía enfadada.
Se abrió la puerta y apareció un hombre muy enano:
-¿Es usted el hechicero Mleod?- preguntó ella.
-Sí, ¿qué desea esta niña tan guapa?- dijo el en tono burlón.
Vengo en nombre del Rey, para salvar a su  hijo del hechizo en el que obligatoriamente tiene que obedecer a la bruja.- dijo ella.
-¿Hechizo de obediencia dices? Mmmmm… entra.- dijo él, pensativo.
La casa estaba muy desordenada, llena de libros y pociones.
Él, se puso a buscar en una de las estanterías con libros y sacó uno en el que ponía {{PÓCIMAS PARA DESHACER HECHIZOS}}. Buscó la página dónde se encontraba el de la obediencia y cogió una olla donde echó varios líquidos y empezó a removerlos, rato después, le dijo a la chica:
-Toma, esto se lo tiene que beber el príncipe y dejará de estar bajo los efectos del hechizo.
-Vale pero, ¿cómo venzo a la bruja?- preguntó ella.
-Te voy a dar este escudo para que cuando te intente lanzar un hechizo le rebote a ella.- dijo él, cogiendo algo.
-Vale, gracias, ahora he de ir a su escondite.- dijo ella.
-Se encuentra en el Valle de las Tierras Apagadas, desde aquí, dolo tienes que ir recto y llegarás.- dijo él.
La chica, se montó en el caballo y siguió en dirección recta, por dónde le había dicho el hechicero.
Pasaron 2 días y la chica llegó hasta una cueva, entró y… vio a la bruja y al príncipe:
-¿Quién eres tú?- preguntó la bruja sobresaltada.
-Vengo para salvar al príncipe.- dijo ella.
-Eso ni lo sueñes, yo te digo que caigas en un sueño profundo.- dijo la bruja.
Alicia cogió el escudo y el hechizo rebotó y… ¡la bruja cayó al suelo dormida!
A continuación, la chica le dijo al príncipe que se bebiese la poción y el príncipe obedeció. Después, Alicia y el príncipe salieron de aquella cueva sin que el príncipe tuviera el hechizo en el cuerpo. Al salir, su caballo que estaba fuera se asustó y relinchó pegándole una patada brutalmente al príncipe; acto seguido murió. Alicia, llorando intentó reanimarlo pero no pudo, ya estaba muerto. Ella avergonzada escondió su cuerpo bajo tierra y nunca más volvió al castillo. Cuenta la leyenda que unos campesinos vieron a la chica vagar por los campos sin rumbo y con la cabeza ida…
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No os esperabais este final ehhhhhh. Espero que os haya gustado.

  
Natalia González Navarro








LAS TRES CERDITAS Y LA LOBA
En una mañana oscura y lluviosa de invierno, la loba Federica bajó a la ciudad (Cerditalandia); una ciudad donde sólo vivían cerditas. En una casa de esta ciudad, situada al norte, vivían 3 cerditas amigas que estaban estudiando en la universidad.
La cerdita Pig, que estudiaba bellas artes, estaba en el jardín pintando un cuadro cuando apareció la loba Federica, la cerdita Pig asustada se metió en su casa. Sus 2 amigas le preguntaron:
  • ¿Qué te pasa?, ¿por qué estás tan asustada?
  • Hay una loba en el jardín y me quería comer.
  • ¡Corred!, cerrad todas las ventanas y puertas.
En ese momento golpearon la puerta, pero no era la loba, eran las Súper Cerditas y les entregaron sus anillos mágicos. Con los anillos colocados las 3 cerditas se sentían seguras y salieron en busca de la loba.
Después de varias horas andando la encontraron sentada en un banco de la plaza. Juntaron sus tres anillos para convertir a la loba en piedra. La loba grito:
-No, por favor, yo no os quería comer, solo quería tener amigas para no estar sola.
Las cerditas decidieron no convertirla en piedra y tras dialogar u rato con ellas, comprendieron que la loba era buena.
Corolario: NO HAY QUE JUZGAR A LAS PERSONAS POR LAS APARIENCIAS.
FIN



ANTONIO Y EL GRANERO SIN USO ”


Erase una vez un hombre llamado Antonio, el tenía un cuerpo en forma, cara redonda, sus extremidades eran largas y su pelo era negro y rizado. El siempre iba vestido con un mono verde, un sombrero de paja y unas botas de agua. Su carácter era simpático y a la misma vez vez enfadón.
Vivía en Galaroza, en un campo que tenía un granero muy antiguo, que no tenía uso. Este granero en otros tiempos conservaba trigo, maíz y avena, pero llego un momento en el que la cosecha no funcionó, el granero se quedó sin uso y el pobre Antonio se quedó pobre.
El no tenía dinero para mantener el granero así que lo puso en venta, ya que no tenía uso.
Fueron varios compradores a ver el granero pero el precio no les convencía: 500 euros, y cuando se marchaban cada uno de ellos un cerdo se les cagaba encima:

  • ¡ Se nos ha cagado un cerdo encima ! Decía un comprador.
  • Pues ahora os aguantáis. Decía con voz grave Antonio.

Al final una mujer se lo compró y el se quedó sin granero.

Un día Antonio iba caminando por la calle y se encontró a la mujer que le compró el granero. Esta le dijo:

    • ¡ No quiero el granero ! ( Dijo la mujer )
    • ¡ Po, po ,po, po, porque ! ( Dijo Antonio )
    • ¡ Porque escucho muchos ruidos extraños ! y me da mucho miedo. ( Dijo la mujer ).
    • Bueno pues vale. ( Dijo Antonio )

Y ahora diréis que como puede Antonio pagar y mantener el granero.
Antonio ese mismo día compró un cupón y le toco. Con este dinero hizo un montón de cosas :
-Lo primerísimo que hizo fue arreglar el granero.
-Lo segundo que hizo fue irse de viaje a Texas.
-Lo tercero que hizo fue intentar que toda la gente fuera feliz con lo que tenga y que haya paz.
Cuando llegaron los hombres que iban a arreglar el granero, se dieron cuenta de que el granero estaba en el peor estado posible, además estaba todo lleno telarañas y polvo. Sin pensarlo ni una vez más se pusieron manos a la obra . El grupo que estaba arreglando el granero se llamaba la “ La patrulla Canina “ como todos ustedes sabéis es un grupo de perros resuelve problemas.
El granero estaba quedando de maravilla . La puerta oxidada y vieja, se convirtió en una puerta nueva y roja. El interior con telarañas y polvo, se convirtió en un magnifico comedor . Cuando ya acabó la obra, Antonio decidió hacer una fiesta de inauguración para todo el bello pueblo de Galaroza.






Hambrienta y cansada pensó que sería el mejor lugar para reponer fuerzas. Entró, al ver que no había nadie y allí se encontró con siete pequeñas sillas alrededor de una mesa, siete camitas y una gran cocina llena de frutas y verduras.
Mientras Blancanieves decidía si dormía o comía, cuatro enanitos y tres enanitas entraron por la puerta gritando:
¿Quien está ahí?,¡manos arriba!
– No voy a hacer nada – dijo asustada Blanca nieves- sólo quería descansar un poco.
Blanca nieves les contó a los enanitos y enanitas que había cabalgado toda la noche, que vivía en un castillo y que no quería regresar hasta lograr su misión de ser mucho más que una niña bonita. Quería ser también fuerte y valiente y por eso necesitaba vivir aventuras. Enanito dormilón le contó que ellos trabajan en una mina buscando metales mágicos y esta idea a Blancanieves le pareció genial:
Eso de ir a una mina fría y oscura a buscar metales mágicos es de ser muy valiente, seguro que esto vale para ser la más valiente del reino- pensó Blancanieves para sus adentros.
Y mientras Blancanieves fantaseaba el enanito gruñón, le hizo ver que eso de ir a la mina y quedarse con ellos no iba a ser tan fácil:
Si quieres ser una de nosotros, tendrás primero que ser una más en nuestro hogar y colaborar con nosotros en todo, ¿tú qué sabes hacer? ¿Preparar bocadillos, hacer camas, limpiar suelos, cortar leña, coser ropas?
– Aquí todos colaboramos con todo, y tú debes ayudar también, aquí no puedes ser cómo una niña pequeña que se lo hacen todo y no sabe hacer nada.
Blancanieves se sonrojó de vergüenza y recordó entonces las peleas con Regina por no hacer su cama, por no recoger su cuarto, por no prepararse la merienda y por no coserse el dedo gordo del calcetín… y se dio cuenta de que todas esas cosas no eran para fastidiarla, ¡eran para ayudarla a ser mayor!
Pues queridos en anitos y enanitas, si os soy sincera, creo que antes de aprender a estar en una mina voy a tener que acostumbrarme y aprender a ser mayor y hacer muchas cosas por mí misma. Quiero poder estar aquí y ser una más.
La enanita sabia, se dio cuenta de que Blanca nieves había aprendido una gran lección, ser mayor es saber hacer cosas por ti misma, de modo que esa noche lo celebraron preparando un gran festín de comida, bebida y los más ricos postres de todo el lugar. Y al día siguiente, Blanca nieves después de hacer sus tareas iría con ellos a la mina a buscar metales mágicos.
Mientras tanto Regina, que lo veía todo desde el su espejo mágico, se sentía orgullosa de Blanca nieves. Por fin, se había olvidado de si era importante ser bella, ser valiente, o ser la mejor en nada. Ahora quería aprender y valerse por sí misma.
Por fin has aprendido la lección…unos días más y estarás lista para volver al reino y poner en práctica todo lo aprendido. Prepararé tu regreso.
Y así fue cómo una mañana Blanca nieves le dio un mordisco a una manzana que una vieja anciana había llevado a la casa de los enanitos y enanitas, y al momento se cayó al suelo dormida. Un día después, despertó en la cama de su habitación, de su castillo de siempre y abrió los ojos confundida sin saber qué había pasado. Pero no tuvo mucho tiempo para pensarlo, porque Regina no paraba de gritarle que llegaba tarde a la escuela.
Blanca nieves con cara de aturdida comenzó por primera vez, y sin pelearse antes con su madrastra, a hacer su cama y prepararse el bocadillo para la escuela. Recordaba todo lo que había vivido con los enanismo como si fuera un sueño y quizá lo había sido.
Pero entonces, delante de sus ojos vio una manzana mordida y a Regina sonriendo a lo lejos y comprendió que la magia de su querida madrastra tenía que ver con todo aquello.
Con el tiempo, Blanca nieves aprendió a hacer todas aquellas cosas que antes le parecían tonterías y se dio cuenta de que hacer todo aquello era valerse por sí misma. Y que ser bella o no serlo era algo que no importaba tanto como ser una niña capaz de hacer cualquier cosa que se propusiera.

JUAN JOSÉ
 
LA LOBA Y LAS TRES CERDITAS

Érase una vez tres cerditas que vivían en casa de su padre y como ya eran mayores decidieron irse de casa para tener su propia casa. La mayor quería hacer su casa de paja, la mediana quería hacer su casa de madera y la más pequeña quería hacer su casa de ladrillos. La mayor fue al pueblo y cogió paja para su casa y en un pis-pas su casa estaba hecha. La mediana fue al bosque a cortar árboles para su casa y en un pis-pas su casa estaba hecha. La pequeña fue a la ciudad para comprar ladrillos y cemento. Pero él tardó muchísimo más que sus dos hermanas. Un día iban a bañarse a un estanque y los animales le advirtieron que había una loba que estaba hambrienta pero las cerditas no le hicieron mucho caso a lo que le dijeron. Una noche de luna llena fue la loba a decirles que mañana se las comería a las tres y las cerditas preocupadas se reunieron para ver lo que podían hacer. Llegó la noche y la loba fue primero a casa de la hermana mayor, que tenía su casa de paja y entonces la loba sopló, sopló y sopló y la casa de paja derribó. La cerdita asustada se fue a casa de su hermana la mediana. La loba llegó a la casa de madera y sopló, sopló y sopló y la casa de madera derribó y las dos cerditas fueron a casa de su hermana pequeña. La loba llegó a la casa de ladrillos y la loba sopló, sopló y sopló pero la casa no se movía y lo intentó de nuevo pero no había manera de mover la. La loba tuvo una idea que era meterse por la chimenea pero las hermanas estuvieron listas y le pegaron un tiro y la asaron para comer sela. Colorín colorado este tiroteo se ha acabado. FIN.


 

ÁNGEL FLORES VÁZQUEZ




 
Caperucito Rojo.
Caperucito rojo era un niño muy bueno que vivía con su padre en una casita cerca de un bosque. Lo llamaban así porque solía llevar un caperuzo rojo en la cabeza. Era un día de primavera y Caperucito acababa de levantarse. Al verlo su padre le dijo: `Tienes que llevar el pastel a casa del abuelo, que ya sabes que esta enfermo´`¡Oh! ¡Qué bien! ¡Así podre abrazarlo! ´, exclamo entusiasmado Caperucito.
Desayunó rápidamente, se vistió y cogiendo el cesto con el pastel, emprendió la marcha. Su padre le acompaño hasta la puerta y allí le dio las últimas instrucciones: `No vayas a través del bosque, Caperucito, vete por el camino que lo rodea. He oído a las cazadoras que hay una vieja loba escondida entre la maleza´. `Descuide, papá; así lo haré´, contestó Caperucito mientras decía adiós a su padre con la mano.
Pero pronto se olvidó de las recomendaciones de su padre. Empezaron a salirse al paso las habitantes del bosque, que eran sus amig@s y, sin darse cuenta, cantando con ell@s, se adentró entre los árboles. `¿Dónde vas, Caperucito?´le preguntaban. `Voy a llevar este pastel a mi abuelo que está enfermo´, contestaba riendo.
La vieja loba, que estaba descansando y medio dormida, de repente estiró una oreja, no dando crédito a lo que oía. `¿Qué será lo que produce esta algarabía? ya ni en el bosque se puede echar tranquilamente la siesta. ¡Mmmm!. Cuando yo era joven no pasaba esto´, murmuró enojada. Caperucito, que se sentía feliz entre sus amiguitos, siguió cantando y saltando, ajeno al peligro que le acechaba. Cuanto más entusiasmado estaba, unos pajaritos se acercaron a él y les dijo: `Ten cuidado, Caperucito, la vieja loba está escondida por aquí y podría asustarte´. `No le tengo miedo – contestó Caperucito -. Es muy vieja y muy cobarde´.`A ti no te asusta - terció un cabretillo que venía indicando el camino - pero a mí sí y si viene y huyo podrías perderte´. Caperucito se quedó pensativo y poco después, al ver a la loba escondida, se llevó un gran susto. La loba , como era muy vieja , no podía correr mucho y sabía que si intentaba atrapar a Caperucito este escaparía de sus garras fácilmente, así que lo pensó bien y decidió hacerse la buenaza y engañar a Caperucito. `Buenos días, pequeño, no tengas miedo de mí. ¿Te has perdido? ´, preguntó la loba con una sonrisa forzada. `Voy a casa de mi abuelo y no sé cual es el camino más corto´, contestó el sorprendido Caperucito. `Vete por aquel cerro y llegaras enseguida´, le dijo la malvada loba.
La loba, que le había indicado el camino más largo, se apresuró para llegar a casa del abuelo antes que Caperucito, ya que pensaba que al estar enfermo era una presa fácil. Al llegar, llamo a la puerta y cuando esta se abrió trato de atrapar al anciano. Pero el abuelo de Caperucito, que había abierto la puerta creyendo que se trataba de su nieto, logró encerrarse con llave en su cuarto, dejando a la loba burlada. En su precipitada huida dejó caer su bastón y la gorra que cubría su cabeza. La loba los cogió y preparó otro plan.
Sabiendo que Caperucito llegaría pronto, se metió en la cama del abuelo y tapándose la cabeza con la gorra para no ser reconocido por el pequeño, esperó pacientemente. Poco después, entraba en el cuarto Caperucito algo asustado al encontrar la puerta abierta. ` ¡Abuelito!, ¿Por qué has dejado la puerta de la calle abierta?´ preguntaba Caperucito. `¡Oh!... te estaba esperando´, tartamudeo la loba con la voz más grave que pudo sacar. ` Que voz más rara tienes´ comentó extrañado Caperucito. `Esque estoy enfermo. No te acerques´. A Caperucito le pareció todo muy raro y se quedo observando. Pronto descubrió entre las sábanas y la gorra una oreja y el largo hocico de la loba. Sin inmutarse, cogió la cesta en la que estaba el pastel y exclamó: `Te dejaré el pastel en la cocina y me iré´. Al llegar a la cocina, vio a un cazador que pasaba por allí. ` ¡Oiga, señora venga por favor!´, dijo asomándose a la ventana el cazador acudió rápidamente y Caperucito le contó lo que pasaba `Tranquilo, dile que salga´, le dijo el cazador. Caperucito volvió al cuarto y dijo sonriendo: ` Vamos orejota, levántate para comer el pastel´ ` ¡He! ¿El pastel? ¡A ti te comeré ¡´ dijo la loba levantándose de un salto. Pero en cuanto salió del cuarto en persecución de Caperucito un saco y unas poderosas manos le dejaron sin poder moverse. Entoncés el abuelo le dijo a Caperucito: `está vez todo ha salido bien, pero no vuelvas a desobedecer a tu padre´. `Perdón abuelo, desde ahora prometo ser más obediente´, Contesto Caperucito.
FIN DANIEL PEÑA LOBO.

NEGRO NIEVES Y LAS 7 ENANITAS:

Negro Nieves era un limpiador, que vivía en un bosque. Era un lugar tranquilo; donde también había animales salvajes. Él vivía con sus hermanas que eran muy malas y que le hacían limpiar su casa. Un día llegaron las siete enanitas a su casa y echaron a sus hermanas de la casa, también vinieron animales como: Ciervos, lobas , monos... Con los ciervos venía Bamba una pequeña cierva muy aventurera que siempre defendía a su novio. Las siete enanitas eran: Tranquila, Enfadona, Gruñona... Y la que más hablaba, Mudita. Todos los animales llamaron a más animales y vino Ría, Piolina... También vino Pitera Panadera que estaba dando una vuelta con su amiga La Capitana Garfia y sus guardaespaldas la caimanas.
Como todas no cabían en la casa, Negro Nieves ideó un plan para atacar a Españo que era la capital de La Munda. Como todas eran muy valientes, casi no le hizo falta usar armas porque simplemente la gente huía de los gritos que pegaba Mudita, la teniente en operaciones de voz. De la fuerza que tenían ellas no podían morirse de vejez, así que Bamba ideó un plan para hacerse con Españo poco a poco. El cual era: “Ir atacando a Españo poco a poco, empezando por el sur, por Galarozo”. Esa batalla duró 7 días porque era no eran capaces de destrozar La Parroquia, donde todo el pueblo se atrincheró porque Mudita no podía gritar en lugares cerrados. Cuando se apropiaron de Españo dividieron el terreno: Bamba y todos sus amigos, hijos, sus padres y su hermano, se quedaron con Catilla-La Mancha y Castilla y León, Negro Nieves y Pitera Panadera con Andalucía, las siete enanitas se quedaron con todo el norte (Bilbao, País Vasco, Santander…). El resto de animales se quedaron con las provincias que quedaron, (Madrid, Cataluña entera…).
Negro Nieves se casó con Pitera Panadera, tuvieron un hijo, que cuando cumplió los 18 le regalaron la casa del bosque, donde ahora hay una bruja, que, en realidad era una ancianita que como tenía muchas arrugas y siempre estaba limpiando su casa pensaron que era una bruja. La ancianita se equivocó, le quería dar a Negro Nieves una de sus manzanas que estaban consideradas las mejores de Españo, pero le dio el veneno para los bichos y cayó en un profundo sueño. Pero las enanitas (después de más de veinte mil operaciones fallidas, nueve calderos de oro, dos paredes y ochenta platos rotos) consiguieron despertar de aquel profundo sueño a Negro Nieves. Después de que pasara todo esto, Negro Nieves y las siete enanitas vivieron en la casa del bosque muy felizmente. Todos colaboraban en las tareas de casa incluso los animales. La pobre ancianita murió y todos fueron a su entierro, Negro Nieves y los demás no podían morir,por lo que vivieron todos en esa casa muy felizmente.
CONTINUARÁ... Carlos Calvo Lobo


Cuento al revés

Erase una vez un niño llamado caperucito rojo que vivía en un país muy,muy lejano el vivía con su querido padre viudo.
Un día el padre le mando a que fuera a cuidar a su querido y anciano abuelo a su casa que vivía a unos kilómetros de su casa.
El niño se paro a coger unas flores para su querido abuelo.
Cuando llego al camino donde había dos cruces uno de camino largo y otro de camino rojo se encontró a la loba feroz.

LOBO- Caperucito ¿donde vas tan rápido?
CAPERUCITO- A casa de mi abuelito a verlo .
LOBO- Vete por este camino que es mas corto.
CAPERUCITO- Mi padre me a dicho que es mas corto por el otro lado pero vale.
Caperucito tiro por el camino mas largo que había y la loba por el corto que llego antes a casa del abuelo y lo encerró en el armario se puso su ropa y se metió en la cama.
Cuando caperucito llegó entro y vio a la abuela allí metida le pregunto:

-Abuelo que ojos mas grandes tienes- le dijo
contesto: - para verte mejor
-¿y las orejas?
-Para oírte mejor
-¿y la boca?
-Para comerte mejor.
Entonces salto de la cama y se puso a correr detrás de el suerte que pasaba una cazadora y los escucho entonces entró y le pegó un tiro a la loba y salio corriendo así salvando a caperucito y al abuelito.

FIN
Un cordial saludo Antonio


LAS TRES CERDITAS
Érase una vez en un lugar perdido en el bosque vivían tres cerditas, Rodolfa, Afrodita y Rogelia.
Según ellas eran súper guapas, incluso decían que eran las más guapas del mundo entero.
No tenían padres, porque los habían convertido en jamones, lomos, castañetas… No tenían casas, vivían en el bosque, en este, habían muchos peligros, los lobos sobre todo.
Vieron que por allí rondaban lobas malas, y decidieron hacerse casas.
Afrodita, era la menos trabajadora y decidió hacerse una casa de paja.
Rogelia, la que no trabajaba ni mucho ni poco, decidió hacerse una casa de madera.
Rodolfa, la más trabajadora, hizo una gran casa, y las grandes casas se hacen de ladrillo.
Un día la loba le dio por llamar a la puerta, y como los lobos tienen mucha fuerza, la destruyó.
Y me resultaba a mi que la loba, solo quería hacer amigas...

Afrodita se fue corriendo de Rogelia es decir, a la casa de madera.

La loba al día siguiente, fue a llamar a la casa de madera y aún así de la fuerza que tenía la tiró.
Afrodita y Rogelia se fueron a la casa de Rodolfa. Allí dijeron que ya no las cogerían.
La loba fue a llamar a la casa de ladrillos, está ya, no la cayó; Las cerditas le abrieron la puerta y a partir de ahí…Ya serían amigas para siempre.
FIN JAVIER SOSA MARINA
 



María Tristancho Domínguez
PULGARCITA
Cuentan que una vez, una joven pareja deseaba tantísimo tener un bebé que acudieron a ver al Mago de aquel pueblo. El Mago sin dudarlo comenzó a buscar entre todas sus pócimas, hechizos y artilugios hasta que encontró una semilla de cebada. Les contó que era una semilla especial que tendrían que plantar en una maceta y regarla, hablarla y cantarla cada día. Ellos así lo hicieron y la semilla comenzó a crecer. Un día encontraron una gran flor roja de pétalos largos. La pareja se acercó a oler la flor y una voz preciosa comenzó a sonar. Justo entonces, los pétalos se abrieron y una niña de sonrisa inmensa y pelo rojo apareció sentada en aquella flor. Eran tan pequeña como un pulgar y por eso decidieron llamarla Pulgarcita. Encontraron una cáscara de nuez para dormir, unos pétalos para taparla y un botón para que pudiera comer. Pulgarcita cantaba cada día alegrando aquella casa. Sin embargo, aunque aquella niña quería a su papá y a su mamá y le gustaba su nuez, sus pétalos y cantar cada día, no era feliz. Ella lo que realmente quería era conocer más allá de aquella casa y aquellos pétalos, quería descubrir el mundo con sus propios ojos. Pero su papá y su mamá le decían;
Pulgarcita, eres muy pequeña, alguien te podría pisar, te podrías perder o algún animal te podría comer.
Pulgarcita estaba cansada de todas aquellas cosas horribles que podían pasar y por las que no la dejaban salir de su casa. Así que mientras miraba por la ventana, imaginaba como sería el mundo e inventaba canciones. Un día en medio de la noche un sapo entró por la ventana y vio a aquella niña que había estado escuchando cantar durante tanto tiempo y pensó:
Es perfecta para casarse con mi hijo y alegrar el río con sus canciones.
Cogió a Pulgarcita y se la llevó con él. Cuando Pulgarcita despertó y vio donde estaba se asustó, pero apretó los dientes e intentó no llorar mientras gritaba donde estaba y que habían hecho con su papá y su mamá. El sapo le explicó que ahora iba a vivir en el río, iba a casarse con su hijo Gustavo e iba a ser la princesa cantarina.
A Pulgarcita no le sonó muy mal, pero tampoco le sonó muy bien. Ahora que había conseguido salir de su cáscara de nuez, ¿por qué tenía que estar atrapada otra vez en un río y casarse con alguien que no conocía? Sin embargo, no le quedó otro remedio. Por suerte, el príncipe Gustavo era muy simpático, y con el tiempo Pulgarcita y él se hicieron grandes amigos. Pero aquello no era lo que Pulgarcita quería:
Gustavo, yo me lo paso muy bien en el río, nunca antes había visto lo que eran los sapos, los peces, ni tanta agua. Pero quiero conocer qué hay más allá de todo esto.
Gustavo comprendió a su amiga, él tampoco quería casarse todavía, así que decidió ayudar a Pulgarcita y juntos comenzaron a pensar un plan. El príncipe era muy conocido en aquel bosque así que con la ayuda de las truchas y las golondrinas pusieron en marcha la huida de Pulgarcita. Aquella mañana Pulgarcita se despidió de su amigo Gustavo:
Muchas gracias por todo, Gustavo, eres un gran amigo y prometo que volveré para vernos de nuevo.
Y Pulgarcita montada en la trucha comenzó a bajar el río hasta que las golondrinas la tomaron en sus alas y la llevaron por el cielo. Pulgarcita miraba los árboles y las montañas con la boca abierta. Nunca había imaginado que el mundo tuviera tantos colores.
Una vez que había aprendido a volar en las alas de las golondrinas y a dormir en los nidos, Pulgarcita conoció a los castores.
¿Quieres venir con nosotros? ¡Te enseñaremos a dormir dentro de los árboles y a correr por el bosque!
Pulgarcita aceptó y durante un tiempo vivió con ellos. Como era tan pequeña y aquel bosque era tan grande, tuvo que prestar mucha atención para aprender a correr sin tropezarse, a no perderse y a no ser devorada por otros animales. Aquello era más difícil de lo que parecía pero Pulgarcita era lista y en poco tiempo aprendió a trepar a los árboles, a camuflarse en las ramas y a nadar en el río montada en grandes hojas verdes.
Pero, aunque Pulgarcita era feliz en aquel lugar, y todos sus amigos le habían enseñado mucho más de lo que nunca hubiera imaginado, la niña se dio cuenta de que echaba de menos a su papá y su mamá.
Vivir con vosotros ha sido muy divertido, pero me gustaría volver a mi casa, estar con mis padres y saber cómo es jugar, aprender a leer e ir a la escuela.
Pulgarcita tenía ganas de conocer cómo sería vivir el mundo con amigos como ella: otros niños y niñas. Y sobre todo echaba de menos inventar canciones y cantar.
Así que una buena mañana, Pulgarcita decidió volver a casa. Con ayuda de los castores abandonó el bosque. Cuando su padre y su madre la vieron, se pusieron tan contentos que lloraron de alegría. Por fin había vuelto la alegría a casa. Pero esta vez Pulgarcita les explicó que aunque fuera pequeña, quería jugar con otros niños y otras niñas, quería aprender e ir a la escuela, y cuando fuera mayor, aunque siguiera siendo pequeña, quería seguir haciendo canciones y cantando.
Los padres de Pulgarcita se dieron cuenta, de que su hija era mucho más valiente y lista de lo que imaginaban Y es que aunque Pulgarcita fuera diminuta, tenía que poder vivir cómo las demás niñas. Ese mismo día Pulgarcita salió al parque por primera vez. Y allí estaban: los niños y las niñas de aquel pueblo.
FIN...
Espero que os guste.






CUENTO AL REVES
BLACONIEVES
Erase una vez un príncipe llamado Blaconieves.
Siendo un bebé, su padre murío. Su madre, la Reina, volvía a casarse con un hombre malo. Poco después fallecía la Reina y el niño quedaba en el poder de aquel hombre.
Pero además, como era brujo, conocía toda las maldiciones para que el niño fuera infeliz.
Muy vandidoso, preguntaba a su espejo Mágico cada mañana ¿quien es el más guapo de los hombres?
Siempre tú, rey mio. Pero pasaba el tiempo, una mañana, contestó:”Desde ahora, el más guapo es Blaconieves. “
Él llamo a su montero, le ordenó algo que al hombre le aterró.
Llevaras al príncipe al bosque y lo matarás “.
Y de pronto se rebeló, haciéndole saber al príncipe la verdad y ocultándolo lejos de allí.
El montero engañaría al Rey con la muerte de su hijastro.
Al caer la noche, rendido, se durmió.
Los seres del bosque lo miraban.
Muy de mañana, se despertó con el piar de los pájaros.
Al ver una casa a lo lejos se acerco a ella; como nadie abría, la empujó.
Al entrar vío un dormitorio con 7 camitas.
Y como estaba cansado, en una de ellas se acostó.
Y mientras tanto, por un sendero iban unas personitas cantarinas que tras cumplir su trabajo en una mina de diamantes. !Que pequeñitas eran!
Al llegar vieron la puerta abierta de la casita, alguien lanzó el grito de guerra.
!Un intruso se ha adueñado de nuestro hogar”!
!Adelante!”
En fila india, atacaron sigilosamente las escaleras.
Las enanitas preguntaron:
¿Qué es eso ?- al descubrir al el hermoso niño dormido.
Y entonces Blanconieves despertó, asustado al ver a las 7 enanitas alrededor de su cama.
Pero se tranquilizó al instante porque la miraban ellas con tanto cariño, viéndole tan guapo, que se sintió seguro.
La mayor de las enanitas le pregunto que quien era.
El le contó su historia .
Era tan triste, que todas querían sonreír y en su lugar lloraban, incluso Gruñona, que siempre estaba inconforme con todo.
Cantaban y bailaban, pero, lejos de allí ….....
El Rey, no estaba tranquilo y decidió consultar a su espejo, supo que estaba vivo.
Decidió terminar el mismo con Blaconieves.
Para algo dominaba la brujería.
Se disfrazo de un débil anciano y para ello enveneno una manzana para Blanconieves:
Al día siguiente el Rey disfrazado fue al bosque donde vivía él príncipe, donde le ofreció una manzana mala, pero ella se negó y tuvo que volver a su casa y Blancanieves se quedó con las enanitas.

Ana Ponce








 
Hola soy Guillermo y os voy a decir un relato para el día del libro que se celebra el 22 de Abril.
Erase una vez cuatro zagalas llamados: Estebania , Rosa , Carla y Davinia
A esas niñas les gustaban ir después de clase a una casa embrujada por la bruja más perversa de todo la tierra llamada Brujaxa pero a los niñas sí lo sabían pero a ellas le daba igual y ellas no se lo creían . Pasaron todo un año entero y la gente del pueblo les advertían que no fuesen a ese sitio, Cuando llegaron a la casa de pronto se cerró y no se podía abrir, de pronto apareció Brujaxa que asesino a tres de los zagalas o sea, solo se salvó Davinia el más valiente de los amigos.
Pasaron 22 años desde ese momento Davinia se estuvo entrenando para vencer a la bruja que se cargo a sus amigas. Cuando llego Davinia a esa casa se le apareció delante de él a la bruja que lucharon 2 días enteros hasta que al tercer día mató a la bruja y reinó la paz en su pequeño pueblo y al mundo entero.




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